Desde hace más de una década, en el ámbito de la comunicación educativa se está en constante evolución de formatos didácticos digitales para potenciar la transmisión de conocimientos de forma audiovisual, ágil y atractiva.

Una de los formatos estrella, denominado píldora de conocimiento, es muy utilizado en cursos online y como apoyo didáctico de acciones formativas semipresenciales. Cada píldora suele durar entre 5 y 8 minutos. Se trata de un vídeo que muestra a un ponente exponiendo un concepto teórico, normalmente acompañado de un Power Point, que corresponde a una unidad de aprendizaje, de forma descontextualizada y secuencial. Es decir, cada píldora de conocimiento funciona como una pieza de lego que puede utilizarse de forma independiente y, también, ser agrupada en listas de reproducción de distintos cursos.

De este modo, el profesor elabora multitud de piezas de lego (píldoras de conocimiento) que va a poder utilizar en distintos contextos formativos, según las necesidades educativas de cada acción. Este formato cuenta con otra importante ventaja: se graba normalmente en un estudio de grabación, lo que facilita las tareas de producción (en un estudio todos los parámetros técnicos de luz y sonido están controlados, lo que reduce el tiempo de producción y los costes asociados).

Es muy ilustrativa la analogía de las piezas de legos y los vídeos de corta duración que pueden ser reutilizados como objetos de aprendizaje en distintos contextos formativos

Al ser un vídeo grabado en un estudio, se puede utilizar con facilidad un teleprompter, es decir, un dispositivo que se coloca frente al objetivo de la cámara y que es invisible para el espectador y que permite al ponente leer un texto sin que se perciba. Imagínense la diferencia con respecto a una grabación de memoria. El ponente no tiene que retener ningún dato ni dudar en caso de que crea olvidar algún punto fuerte de su relato. Se puede concentrar en expresar y gesticular en un tono adecuado a su público objetivo un texto que ha diseñado previamente para ser leído y teniendo absoluto control sobre la duración final y sobre la información íntegra que va a comunicar.

Diversos estudios recientes en este campo han reflejado resultados muy interesantes respecto a la tipología del formato de píldora de conocimiento, en relación al impacto que produce en el alumnado. En resumen, se ha demostrado que un vídeo educativo que no varía el plano en pantalla capta menos la atención (los espectadores abandonan pronto la reproducción) que otro vídeo de similares características pero que juegue con cambios constantes en los elementos gráficos. Por ejemplo, que el ponente aparezca y desaparezca, que los conceptos se muestren de forma dinámica y no en un Power Point fijo, que haya recursos visuales ilustrativos que rompan la monotonía de la videolección.

Aquí es donde entra la técnica que les quiero presentar hoy. Se trata del llamado Croma Key. Casi todos habrán oído hablar de este fenómeno en algún momento, puesto que se ha popularizado mucho su uso, desde los telediarios con la información meteorológica hasta los videos de YouTubers. Su principal virtud es que permite que el ponente se sitúe frente a una fondo verde y que esta superficie pueda ser sustituida, en la fase de edición, por cualquier elemento gráfico, ya sea de tipo foto fija o en movimiento. Así, el dinamismo y versatilidad de los vídeos aumenta considerablemente, ofreciendo posibilidades narrativas únicas a bajo coste.

A continuación, les dejo con un vídeo que grabé en la Universidad de La Laguna con Jordi Cepa, profesor e investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias en el que explica -haciendo uso de un texto escrito por él mismo previamente- conceptos complejos sobre la expansión del Universo, dirigidos a estudiantes de posgrado de la universidad.