Vivimos una época muy incierta. Ya había teóricos que hablaban de nuestro tiempo utilizando el adjetivo «líquido» (Zygmunt Bauman), apelando a sus propiedades extremadamente cambiantes y readaptables a sus múltiples contenedores también efimeros. Hoy podríamos dar un paso más allá y denominar a nuestra época directamente como la «sociedad virtual». Está ahí, pero de una manera mediada e hipermediada. No solo por la crisis del coronavirus, que también, sino por el descubrimiento tardío pero unánime de que algunas prácticas arraigadas no eran del todo sostenibles ni lógicas, por su estatismo y rigidez. Me refiero a los viajes por asuntos fácilmente subsanables desde la distancia, por ejemplo, las formaciones específicas normalmente de posgrado, dirigidas a un alumnado-público objetivo muy ocupado por compromisos laborales y familiares que necesitan seguir formándose pero a su propio ritmo, en los ratos libres que encuentran a lo largo de la semana.

Y esta posibilidad la ofrecen los MOOC, por sus siglas en inglés Massive Open Online Courses. Pues bien, lo bueno de esto que voy a contarles es que no se trata de una formación cualquiera. Se trata de un curso que da pautas y estrategias para participar activamente en el entorno local para mejorar problemas. Todo orbita en torno a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), promovidos por las Naciones Unidas y que abogan por evolucionar muchos de los aspectos en los que aún fallamos como especie. Movilidad, economía, gestión de residuos, convivencia, respeto, etc.

En este curso he participado como editor de vídeo y, además, he realizado y locutado el vídeo de bienvenida. Se los dejo por aquí para todo el que quiera ampliar un poco esta información y adentrarse con más detalle en los objetivos de este MOOC impulsado por la Fundación general de la Universidad de La Laguna y el Cabildo de Tenerife.