Cada quién en su flor,
Necesita de una abeja que venga.
Flores y abejas,
Venidas e idas.
Piedras de colores únicos, mezclados para ser ésa.
Como el amanecer y el anochecer,
Genial secuencia de lo remoto,
Sabio ritmo necesario,
Las gentes se cruzan para completarse,
Para mirarse a sí mismos en el espejo que les faltaba,
Troceado en una carretera sin salida,
Para hallar un camino en el hermoso lodo de lo cambiante.
Yo, tú, él, nosotros, ustedes, ellos…
En qué orden y cuándo.
Azar destinado que sentencia,
Que tú seas yo, que él sea nosotros y que yo no sea nunca más para ser tú.